La
vida durante la escuela, abarca dos periodos muy distintos entre sí, la
educación básica y la educación media. Durante básica, conocí 6 escuelas
diferentes, pues nuestros asuntos familiares implicaron cambiarse de domicilio
en reiteradas ocasiones. Al principio, me parecía triste no poder generar
vínculos, o no alcanzar a conocer las dinámicas de un curso para terminar
mimetizándome y compartir el “nosotros”. Pero ciertamente, con el balance del
presente, y teniendo una mirada global, me gustó haber vivido esta experiencia,
porque aprendí a trabajar el miedo al cambio, le perdí el miedo a enfrentarme a
personas, nuevos espacios, contextos, códigos culturales y profesores diferentes.
Considero de todas formas, que es mucho más positivo para la seguridad de un
niño, no cambiarse tantas veces de escuela, pues de esta forma puede trabajar
relaciones interpersonales con otros niños y niñas de manera permanente y con
un mismo grupo.
La
etapa que con más detalles recuerdo, es sin lugar a dudas la de educación media.
En principio porque pude echar más raíces al quedarme los cuatro años allí,
puesto que tenía 13 años y tomaba micro
para llegar, así que no importaba si me cambiaba de casa. Me gustó haber sido elegida
presidenta del Centro de Estudiantes en tercero y cuarto medio, cargo en el que
desempeñé diferentes funciones y donde junto a mis compañeras levantamos
proyectos de mejora para la comunidad y convivencia. Trabajamos lecciones de
liderazgo, empatía, hablar en el espacio público, entre otras muchas habilidades.
La escuela en general, tiene cosas desagradables y la que
menos me gusta de la escuela como institución, fueron las formas arcaicas de
concebir el aprendizaje, es decir, el conductismo. El que nos hicieran competir por una nota,
que hiciéramos pruebas evaluativas, actividades tradicionales que rara vez
estuvieron relacionadas con nuestro contexto.
En términos personales, creo que mi aprendizaje y mi
interés por él, está hoy relacionado con la curiosidad que siento ante el conocimiento
y los saberes nuevos. Sin embargo durante la etapa escolar, el aprendizaje fue
facilitado y motivado por los profesores y profesoras que enseñan con auténtica
emocionalidad, mayor humanidad, amor hacia
el proceso de enseñanza - aprendizaje y preocupación por el desarrollo de sus
estudiantes.
La escuela sin embargo, también produce barreras para el
aprendizaje de niños y niñas, para mí la más importante de ellas, tiene que ver
con el proceso de homogenización que se busca generar desde la escuela hacia
los niños y niñas. Con proceso de homogenización, me refiero por ejemplo a que
se busca reforzar ciertas conductas a todos quienes pasan por la escuela, se
nos entrena para llegar temprano, para usar uniforme, para dar pruebas en
silencio, para ir a recreo cuando suena una campana, para cantar el himno
nacional, entre otras. La escuela no nos
concibe como seres humanos diferentes, ni se busca la educación integral de
nosotros.
Una segunda barrera, es
que por lo general solamente hay un método de enseñanza, olvidando que algunos
estudiantes aprenden de manera auditiva, otros visual, y otros kinésica, esta
barrera está relacionada con la anterior, y refuerza la idea de que no se busca
potenciar la heterogeneidad en la escuela.
Creado por Francisca Cabrales
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